Lima, 20 de Agosto de
2015
Querida
infanta,
Hace
ya mucho tiempo que quería escribirte una carta. Cuando pude conocerte gracias
a la obra, conocí muchos aspectos que me parecieron interesantes y ahora que
tengo la oportunidad de escribirte, me gustaría comentarte lo que pienso.
Para
comenzar, quería tratar el tema de tu padre. Hace poco también le escribí una
carta, tratando de analizar sus actitudes y el porqué de su comportamiento.
“Hizo
la infanta una pequeña mueca de decepción, y se encogió de hombros. ¿Cómo así
que no podía con ella el día de su cumpleaños?”
Bueno,
antes que todo me gustaría decirte que te entiendo perfectamente, y a mí
también me incomodó que tu papá no esté contigo.
Sin
embargo, estoy más que segura de que tu papá tiene un motivo y te lo explicaré.
Verás,
al fallecer tu madre, el único tesoro que le quedó a tu padre fueron el reino y
tú.
Tú
eres tan hermosa y tan parecida a tu madre, que al rey le trae una nostalgia
inmensa mirarte ya que recuerda a su amada esposa.
Sin
embargo, es injusto que tú tengas que pagar los platos rotos, ya que el parecerte
a tu madre no quiere decir que no puedas pasar tiempo con tu padre.
Por
otro lado, cambiando un poco de tema, me gustaría hablar de lo que pasó con el
enanito.
Creo que nunca te llegaste a enterar,
que el enanito confundió las cosas y pensó que tú le entregaste la rosa
porque lo amabas.
Sé
que en parte fue su responsabilidad, por hacerse falsas ilusiones, pero quería
hablar contigo acerca de las risas y burlas.
Tal
vez eres un poco pequeña para entenderlo ahora, y que probablemente pienses que
era un espectáculo por tu cumpleaños y que merecías reírte, pero siempre es
bueno tomar en cuenta los sentimientos de otros pase lo que pase.
Por
ejemplo, el enanito era feo porque así nació. ¿No crees que fue un poco cruel
reírse de su cara?
Él
sufrió mucho gracias a que se dio cuenta que en realidad lo único que hacían
los demás era burlarse de él.
El
enanito falleció, gracias a que su corazón dejó de funcionar.
Obviamente
que esto te incomodó ya que tu querías que él te siga hacer riendo.
Hasta
pensaste en que él podía ser la única persona que le saque una sonrisa a tu
padre, lo cual me pareció muy tierno de tu parte.
Esto
demuestra que eres egocéntrica del todo.
Sin
embargo, al final mencionas que: “En el futuro, no permita que quienes vienen a
jugar conmigo tengan corazón”.
Princesa,
esto es imposible. No puedes encontrar a una persona que no tenga corazón.
Y
por corazón, no me refiero a la expresión literal en sí, me refiero a los sentimientos
y al interior de uno mismo.
No
hay ningún ser que no posea sentimientos.
Esta
es una lección para ti, ya que te enseña que no puedes tratar a la gente como
se te antoje porque hay personas que tienen los mismos derechos que tú y
merecen respeto.
Bueno,
para terminar me gustaría decirte que sería muy bueno que tengas una
conversación con tu padre. En dicha conversación coméntale sobre cómo te
sientes, estoy segura que él te sabrá escuchar y contar muchas cosas también.
Te
deseo lo mejor y espero saber de ti pronto.
Saludos,
Karla
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